jueves, 19 de enero de 2012

ciudad distopía


Dicen que hubo un tiempo en el que las catedrales eran blancas, alzándose luminosas, libres de los cánones clásicos; eran el símbolo del cambio: un arte nuevo para un hombre nuevo. En aquel entonces la sociedad vivió una transformación radical, evolucionando desde el viejo orden feudal y agrario de aislados monasterios captores del conocimiento, hasta una nueva colectividad en donde la difusión del saber y la participación ciudadana adquirieron gran importancia.

Esta nueva estructura social necesitaba un espacio cualificado donde desarrollar sus actividades: sería la ciudad, mas una ciudad diferente, humanista. La ciudad se transformó entonces en un espacio de relación para el comercio, para la política, para el saber, para la cultura. Se construyeron universidades, ayuntamientos, lonjas, catedrales abiertas a la ciudadanía. Y plazas. Se construyeron plazas para el intercambio y la vida pública. El hombre volvió sus ojos hacia la Naturaleza; la observación y el cálculo se adueñaron del conocimiento surgiendo una nueva visión del mundo, que se plasmó en la Arquitectura con un nuevo lenguaje, en donde técnica, forma y significado eran un todo indisoluble. La tecnología al servicio de una idea: la Arquitectura Gótica.

Aquí estamos, siete siglos más tarde. Y volvemos a necesitar otro cambio radical y universal. Desde mi mesa de trabajo veo cómo la Arquitectura, en muchas ocasiones, se ha vuelto distante, incluso ajena a la sociedad a la que sirve. Cuántas veces contemplamos en los medios de comunicación obras, faraónicas y escandalosamente costosas, firmadas por arquitectos estrella, siguiendo la estela del efecto “Guggenheim”. Cuántas veces sufrimos planeamientos urbanos basados en zonificaciones y cómputos de edificabilidad sin la menor atención a las demandas de la ciudadanía. Cuántas veces observamos, impotentes, irreparables agresiones al Patrimonio, que es de todos, que es nuestro. Demasiadas.

Necesitamos una Arquitectura que le haga frente a los retos que este nuevo siglo nos pone por delante; necesitamos acercar la Arquitectura a la sociedad y viceversa; necesitamos respuestas adecuadas, eficientes, sostenibles. Gracias a Dios, muchos técnicos (arquitectos, ingenieros, urbanistas, paisajistas, etc.) llevan años trabajando con este empeño; muchas veces sus obras son menos conocidas por menos divulgadas, quizás se trate de una Arquitectura silenciosa, pero no por ello menor. Esta sección pretende ser una pequeña ventana hacia esa Arquitectura. Hablar de vanguardia y de las lecciones aprendidas de los maestros de antaño; de la Arquitectura sostenible de bajo coste y alta eficiencia. Hablar de hacer ciudad; de rehabilitación como respuesta sostenible, no sólo rehabilitación de las viviendas sino del propio tejido urbano, de la recuperación integral de nuestros centros históricos, de la revitalización de antiguas áreas industriales. Hablar del patrimonio histórico y construido como recurso fundamental; del paisaje y el “Land art”; de la ordenación del territorio y del urbanismo que nos atañe. En resumen, de todos los temas referentes a lo construido, especialmente en Galicia, que puedan ser de interés y utilidad para el lector. Quizás, si todos nosotros (ciudadanos, técnicos, gobernantes, empresarios) nos implicamos en una apuesta por la sostenibilidad y la eficiencia, consigamos que un buen día las catedrales vuelvan a ser blancas.

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